


Hoy, realmente tengo esperanzas.
Hoy celebramos y pedimos paz. Hicimos una gran jornada de arte por la paz.
Salió de ellos, de los chicos, ellos quisieron. Ellos lo hicieron.
Hoy niños y adultos dejamos por unos instantes la responsabilidad civil y nos permitimos pasar un hermoso día de sol en la plaza. Hicimos música, pintamos, bailamos, jugamos. Sí jugamos y fue hermoso.
Hoy fue un día de educación no formal, de esa que va a durar, que sirvió, que nos va a quedar guardada mucho tiempo, donde se aprendió de todo, donde el ambiente se llenó de luz, de vuelo, donde las almas brillaron. Donde todos nos abrimos al otro, nos compartimos …“como abrir el pecho y sacar el alma”…
Hoy ellos, los chicos dieron cátedra. Cátedra de educación en diversidad. Cátedra de “tolerancia”. Cátedra de amor. Cátedra de matemáticas, literatura, etc. Y fue hermoso.
Hoy grandes y niños, niños y grandes hicimos un gran aula en la plaza. Desde bebés a viejitos. Y todos aprendimos, todos nos llevamos algo. Había contenidos por todos lados, se respiraban saberes. Todos nos impregnamos de todos, y fue hermoso.
Hoy todos plantamos plantitas y flores, todos con palas y guantes, hicimos canteros que formaban símbolos de la paz. Nos llenamos de tierra las manos, las rodillas, la cabeza, el pecho.
Hoy mi pecho se hinchó de esperanzas, de que se puede. De que con la educación se puede cambiar algo. Hoy me dan ganas de seguir. De decirle al mundo: vieron que no me equivoqué, que no es tan difícil. Y mi ingenuidad me dio mucha felicidad. Y mi felicidad se llenó de flores. Y las flores de vida… Y fue hermoso.
Pachi
(el texto salió de una mini charla que empezamos a tener en la plaza con Fede y Luquitas, dos de mis alumnos)